I EXALTACIÓN PONTANA DE LA AUSENCIA

En el incomparable marco del santuario de Nuestra Señora de la Purísima Concepción, La Manantera de Madrid realizó la primera exaltación pontana de la Ausencia. Esta primera vez, el honor recayó en la Corporación Bíblica “El Pentateuco, Fariseo y Publicano.”

 Con la presencia de las autoridades civiles y religiosas, cofradías, hermanos mayores, manantero ejemplar, hermanos, hermanas y amigos de la Asociación y siendo las trece horas, el jefe de protocolo de la Asociación Don Manuel Ángel Borrego Moreno, subió al pulpito del sagrado lugar y dio la bienvenida, y presentó el acto que se iba a realizar. 

Cedió la palabra al Presidente de la Manantera Don Carlos A. Martín Luna, el cual, señaló que la Manantera quiere estar cada día más presente en las cosas de nuestro pueblo y por ende, en las de su Semana Santa. Dijo: “Nos adaptamos a los nuevos tiempos que corren y hoy presentamos esta exaltación aquí en nuestro Pueblo, para que seáis vosotros los que nos digáis cómo nos veis, cómo nos echáis de menos, cómo nos recordáis, cómo compartís con nosotros la distancia de nuestra tierra, cómo nos acogéis cuando llegamos”. Y dio paso al tan esperado acto.

Comenzó con la presentación de los oradores. En esta ocasión fue la propia Manantera la que introdujo la exaltación y en su nombre puso las palabras Carlos Mora Hervías.

Destacó que la Manantera se encuentra en el Génesis de esta nueva etapa y hoy no queríamos que nadie faltase a esta cita con los ausentes, pues vuestra presencia es nuestra justificación esencial. Señaló el porqué del cambio, de Madrid a Puente Genil. Cuando las cosas cambian y el concepto de ausencia cambia, la Asociación tiene que dar un paso al frente y de forma valiente aceptar el reto que le propone los nuevos tiempos.

Y por empezar a devolver a cuantos nos han dado lo más grande que tiene que es su amistad y su hermandad, la Manantera le ha ofrecido “La primera Exaltación Pontana de la Ausencia”, a la Corporación Bíblica “El Pentateuco, Fariseo y Publicano”. 

Y se explicó quiénes son esta Corporación en el seno de la Semana Santa de Puente Genil, desde el año 1983 de su fundación. Hombres abiertos, receptivos, solidarios, agradecidos, comprometidos, auténticos, sinceros; en definitiva son unos mananteros de Pro y que nuestra Semana Santa se enorgullece de tenerlos entre nosotros. 

Como preámbulo de la Exaltación apareció:

Sobre un eco de tambores destemplados, una voz en off recitó unos versos, en los que un hombre emigrante cumple el deseo de su madre, ya fallecida, de volver a ponerse delante del Nazareno de la Puente.

A continuación e interpretado magistralmente por Carmen Aguilar, Puente Genil cobró vida en sus palabras y de una forma desgarradora narró cómo éste, despedía a sus hijos uno tras otro, con todo el dolor de su corazón y lleno de lágrimas por la pena de la ausencia, hasta que de nuevo los recibe y acoge, como cada madre espera a sus hijos que se han ido.

Manolo Benítez y José Manuel Ruíz, fueron los portavoces de la Corporación que leyeron la Exaltación Pontana. Comenzaron de lleno dando la bienvenida a todos y proclamando sentirse orgullosos de haber recibido el encargo de la Mananatera para realizar esta exaltación. Asumiendo este compromiso con sumo agrado, pero conscientes de la responsabilidad.

Siguieron relatando la singularidad de nuestra Semana Santa en relación con las demás, en especial con la austeridad castellana, ya que puede chocar la algarabía de nuestra tierra, en contraste con el rigor castellano. Dieron un repaso a los sentimientos  mananteros vividos en la puente, para llegar a la esencia del discurso, la equivalencia y el paralelismo entre los libros sagrados del Pentateuco y la Ausencia, realmente el nudo central de la  exaltación.

En el Génesis lo relacionaron con los inicios duros y difíciles que todo pontano en la ausencia debe sufrir. En el Éxodo, como emigración de un pueblo, no solo lo unieron a la idea de irnos de nuestro pueblo, sino de pura y dura realidad de los tiempos presentes lo relacionaron con el problema de los refugiados en nuestro mundo. En el Levítico lo asociaron a las tradiciones más profundas que todo pontano no olvida y rememora en la ausencia. En  el libro de los Números “El ausente” se convierte de alguna manera, en uno de aquellos Patriarcas nómadas, trasmisores de la palabra y la costumbre”. En el Deuteronomio “El ausente” siempre que puede, regresa a Puente Genil. No pierde la ocasión, sin rehuir los discursos, de recordar y recordarse, lo importante que es seguir construyendo e innovando, pero sabiendo respetar las tradiciones.

Para terminar, realzaron y explicaron sus otras dos figuras. El Publicano y el Fariseo. Y como colofón majestuoso de esta I Exaltación Pontana de la Ausencia y cantado a coro por todos los presentes, el Himno de los ausentes.

Aplausos, abrazos, entrega de regalos y mucha emoción cerró un acto que quedó para el corazón del ausente, presente en nuestra tierra del alma.

En los salones de la Cofradía de la Santa Cena y La Virgen del Amor, se realizó la comida de hermandad. Con un protocolo suelto, distendido, mordaz, simpático e inteligente, Manuel Ángel Borrego, fue dando la palabra a todos nuestros invitados, 

que fueron: nuestro Alcalde Esteban Morales; Cofrade de la Purísima Gonzalo Reina; Cofrade de la Santa Cena Alfonso Morales con su esposa Mariola González, concejala de festejos de nuestro Ayuntamiento; Presidente de El Pentateuco Lucas Ramírez; Presidente de la Casa de Córdoba en Madrid Antonio Mora; Cofrade de nuestro Padre Jesús Nazareno Francisco Javier Reina y toda la Corporación “El Pentateuco” con sus esposas. Todos en sus intervenciones mostraron su apoyo a la nueva etapa en la que la Manantera se había comprometido y se pusieron al servicio de la idea.

 Durante el acto se realizó un emotivo homenaje por parte del Pentateuco a los colaboradores de esta exaltación, destacando por su emotividad el de nuestra hermana Carmen Aguilar, a la que todo el salón en pleno y de pie, rindió un caluroso aplauso; y a Manuel Ángel Borrego y a  Carlos Mora.

Cuando Manolo Borrego interviene para agradecer el regalo del Pentateuco, de forma espontánea, le pidió la palabra nuestro querido “Dani”, Daniel Ortega Reina que nos encogió el corazón y nos llenó de emoción, cuando de forma cariñosa y sentida agradeció a sus padres, allí presentes, todo lo que habían hecho por él y por lo más grande, “Por ser sus padres”.

Entre cánticos coreados, cuarteleras y saetas echamos una tarde de hermandad que reconfortó nuestros corazones mananteros. Y nos dispusimos a rendir avenencia a nuestro Patrón, el amo de las cargas, a Jesús Nazareno. Nuestro arcipreste Juan Ropero nos dirigió unas cariñosas palabras de bienvenida y se puso al servicio de la Manantera. Y nuestro presidente, delante de la imagen de Jesús y su Madre, nombró a los próximos encargados de exaltar la  Ausencia el año que viene 2017, Los Martirios de Jesús”. Y a las próximas piropeadoras de la Mujer Pontana en Madrid, las mujeres del Pentateuco. 

Después pasamos a besar los pies de nuestro Patrón en su camarín. El honor de entregar el centro de flores corrió a cargo de Manolo Hervías y de Carmen Aguilar, momento emotivo para todos los que los queremos.

Y andando, para las Angustias, donde a las ocho de la tarde nuestros hermanos Rafael Ortega y Daniel Ortega hicieron la ofrenda floral a nuestra Madre la Virgen de las Angustias. En la noche, cada uno a su cuartel, o al de otro, que eso daba igual, y a vivir el tercer sábado de romanos. Gracias a todos los que habéis hecho de este día, un día muy especial para la Manantera. 

Cronista: Carlos Mora Hervías

Fotografías: Carlos Martín Luna, Jorge Orestes García, Pentateuco