De nuevo un fresco y lluvioso
Viernes de pasión nos acogió a los ausentes de la Manantera, por suerte la
lluvia respetó hasta casi el límite la llegada y encierro de nuestro padre
Jesús, el Nazareno, el Terrible. De una forma marcial y mecido cariñosamente
por sus bastoneros subió al calvario acompañado con marchas lentas por el
Imperio Romano, una imagen que durante muchos años no habíamos contemplado.
En el Rincón manantero y de nuevo
agasajados por la familia Torres-Chía, los ausentes pudimos compartir la
despedida a su pueblo del Nazareno. Las magdalenas, los saladitos, las
patatillas de cordobilla y la famosa sangría de Chechu fueron nuestros
acompañantes y amenizaron la fría tarde. De nuevo muchísimas gracias a esta
gran familia por la labor de unión que realizan con nuestra asociación.
La participación, como siempre,
escasa, pero los que estuvimos, echamos un rato muy agradable. Agradecemos que
se acercaran, como en otros años a Doña Josefina Barcos y esposo, que nos
regalaron unos tetras de vino dulce de la Cooperativa “La Purísima”, los cuales,
fueron degustados por los presentes por lo que desde aquí se lo agradecemos,
porque siempre tienen un detalle con la Manantera.
Y gracias a Don Luís Mendoza y a su esposa que en
representación de Disgenil compartieron con nosotros la tarde.
Y lo más importante, cada uno,
desde su interior, lloró ante su Nazareno y le pidió perdón por sus culpas y
rezó para que el mundo sea bueno. Nos acordamos de todos los ausentes, sobre
todo, de aquellos aquejados de una enfermedad grave que le imposibilitó acudir
a su ermita. Dimos gracias los presentes por estar otro año más ante Él y
pedimos, que sólo si Él quiere, podamos estar otro año más en la Puente