Muchas veces, cuando te planteas cómo comenzar estas crónicas sobre las actividades que la Asociación Manantera de Puente Genil en Madrid lleva a cabo, surgen dudas por aquello de no caer en lo repetitivo, en lo manido. Y en esta ocasión creo que es la primera vez que voy a empezar por el final. Porque no podemos esperar más para decir, desde la totalidad de la Asociación ¡GRACIAS! Gracias, desde lo más íntimo del corazón, a todos aquellos que, de una forma o de otra han hecho posible que este viaje a nuestro pueblo en el Tercer Sábado de Romanos haya sido un rotundo éxito. Y no por aspectos crematísticos, ni culinarios, ni lúdicos, ni religiosos, que también, sino por haber sido capaces de hacer felices, una vez más, a un grupos de pontanos ausentes y a sus familias.
Por habernos hecho partícipes de momentos absolutamente inolvidables. Gracias a los que habéis mostrado la mejor de vuestras sonrisas al vernos llegar. Gracias por vuestros abrazos de bienvenida. Gracias por vuestros desvelos, por hacernos más grata, si cabe, nuestra estancia. Cuando la nostalgia apriete, ése será uno de los mejores bálsamos que mitigará el malestar durante las horas ausentes de Puente Genil.
El viaje comenzó extraño, raro. Nos poníamos en carretera bajo la amenaza de transitar bajo la tormenta perfecta. A las 6´30 del sábado nos subíamos al autocar en Madrid para acudir, una vez más, a la potente e ineludible llamada de nuestro pueblo. Y nos daba igual que las previsiones señalaran que la tormenta que se avecinaba fuese perfecta o que tuviese imperfecciones por exceso o por defecto. Porque hacia donde nosotros nos encaminábamos era hacia el centro del huracán. El centro del huracán de nuestra nostalgia, el centro del huracán de nuestra veneración, el centro del huracán de nuestras ensoñaciones de gentes desenraizadas a la fuerza. Viento, lluvia, frío. Pero eso por fuera. Porque en nuestro interior crecía, inversamente proporcional a la merma del trayecto con La Puente, nuestro nerviosismo, casi de adolescentes, por acercamos a lo que perdidamente amamos.
Y llegamos. Y fuimos recibidos por una temperatura anunciadora de la inminente eclosión primaveral, por una luz proveedora de arrebatadores claroscuros y por un embriagante olor a Puente Genil. Y sin tiempo, al cuartel de La Cepa.
Desde la Asociación nunca tendremos palabras y gestos suficientes para agradecer a este Grupo las continuas atenciones que tienen con La Manantera. Y no nos estamos refiriendo solamente a esta ocasión. Nos acogemos a una larga secuencia de atenciones que desde hace catorce años empezaron a ofrecernos su casa y sus viandas en la bienvenida a Puente Genil, gracias a la conjunción del cariño hacia nosotros de todos sus hermanos, especialmente de Carlos Arteaga, su actual presidente, y del admirado y recordado D. Antonio Mora Expósito. Y en su recuerdo es por lo que el nuevo Presidente de la Asociación Manantera, Carlos Mora Hervías, ha querido que su primer acto como tal en Puente Genil haya sido en este cuartel que recordaba y honraba, al mismo tiempo, a su padre.
Y ¿cómo puede expresarse tanta emoción, tanto sentimiento? ¿Cómo podemos expresar esa sensación de verse acogidos en tu pueblo y, además, por aquellos que se basan en tantos representados?.
A los sesenta hermanos de la Manantera nos acompañaban presidiendo la comida de hermandad el Hermano Hilario Rodríguez, Director Espiritual de nuestra Asociación. Del mismo modo, acompañando a Carlos Mora Hervías, presidente de la Manantera, se encontraba Francisco Parody, representando a la Cofradía de María Santísima de la Esperanza; Francisco Javier Reina, Cofrade Mayor de Nuestro Padre Jesús Nazareno; Juan Fernando García Arroyo, Presidente de la Agrupación de Cofradías, Hermandades y Corporaciones Bíblicas de Puente Genil y D. Manuel Baena Cobos, Alcalde de Puente Genil.
Y para que todo saliera como salió, perfecto, sin peros, sin mácula, un grupo de hermanos de La Cepa, capitaneados por su Presidente, Carlos Arteaga, trabajó de manera eficaz y agradabilísima convirtiendo esta comida en un auténtico acto cuartelero, por su derroche de cariño consiguiendo, inequívocamente, convertirnos en uno más de su grupo.
El Presidente, Carlos Mora, dio la bienvenida saludando a todos los presentes, especialmente a los cargos y autoridades y agradeció el generoso gesto del Grupo La Cepa. Nos deseó que fuésemos lo más felices posible esos días y remarcó la idea de que ese día nosotros no éramos los ausentes.
A continuación, el Grupo La Cepa tenía preparada una gratísima y emocionante sorpresa para uno de nuestros hermanos más querido y respetado dentro de la asociación. En la última Junta que este Grupo había tenido, acordaron por absoluta unanimidad, nombrar Hermano de Honor a nuestro querido Jorge Orestes García Gutiérrez. Y la unanimidad que había hermanado a La Cepa se apoderó, también de la Asociación reconociendo, en un ambiente conmovedor y emocionante, que era un reconocimiento merecidísimo. En ese momento, nuestro Jorge agradeció, pleno de afectividad y cordialidad este nombramiento.
Probablemente no sea una persona muy conocida en Puente Genil, pero sí su obra para con todos sus amigos, especialmente para la Asociación puesto que cada una de las fotografías que en estos últimos años han ilustrado las crónicas que la Manantera ha publicado en este periódico están firmadas por Jorge Orestes. Los que tenemos la enorme suerte de compartir instantes con él, sabemos de su extensa cultura, de su gran corazón, de su simpar caballerosidad y de su rendido amor por su familia y por Puente Genil. Desde estas líneas, honor para los hombres y mujeres como tú, querido Jorge. Recibe nuestra más sincera enhorabuena.
Y como en cualquier cuartel pontano, canciones, cuarteleras, saetas y brindis por nuestro pueblo y su Semana santa y vivas a nuestros titulares. También numerosas intervenciones que iban ambientándonos y permitían mimetizarnos con ese marco tan manantero que es este cuartel de la Esperanza. Como representantes de las instituciones, Juan Fernando García Arroyo, Presidente de la Agrupación, nos dio la bienvenida y ofertó a la Asociación el buen hacer de la Agrupación de Cofradías para aquello que necesitáramos, así como reclamó nuestra participación en la misma dado el carácter y la idiosincrasia de nuestra Asociación, en consonancia con el espíritu manantero que aúna a sus componentes.
A continuación el Alcalde de Puente Genil, D. Manuel Baena Cobos resaltó, entre otras palabras de bienvenida y aliento, el valor intrínseco a la Manantera y sus componentes de sentirse orgullosa en todo momento de Puente Genil y sus tradiciones, a pesar de haber sido empujados a buscar alojo en otras tierras. Y desde la Asociación queremos agradecerle a él y a todo su equipo de gobierno el distinguido trato que venimos recibiendo, el apoyo y la compresión que en todo momento predomina en su trato hacia nosotros.
Para cerrar el acto Carlos Mora se dirigió a los presentes en estos términos: “Son muchos los recuerdos, pues parte de mi vida manantera está entre estas cuatro paredes, y, sin caer en el sentimentalismo, siempre será un motivo de orgullo y de alegría ser hijo de uno de los fundadores y divulgar su obra y su trabajo para la Semana Santa a las nuevas generaciones, como él hizo conmigo””. Acto seguido Carlos Mora impuso la Campanita de Plata a Carlos Arteaga en agradecimiento por sus desvelos por nuestra Asociación, y en nombre de la misma entregó al Grupo Hermandad La Cepa una metopa con el símbolo de la Asociación “La Campanita”, agradeciendo su acogida y felicitándoles por su trigésimo aniversario.
Y después de este acto tan fraternal, nos dirigimos a visitar a nuestro Patrón. La Manantera pudo, gracias a las gestiones de Francisco Javier Reina, acceder no sólo al interior del Templo sino también al camarín de Nuestro Padre Jesús Nazareno. Durante la oración que realizamos en la ermita, el Hermano Hilario comparó acertadísimamente los montes Moria, Tabor y Gólgota con nuestro monte Calvario, donde reina nuestro Terrible, por ser, los cuatro, manifestaciones de la gloria de Dios. Durante la ofrenda de flores pudimos vivir un momento desgarrador al ponerse frente al Nazareno, con cristiana resignación, a Angelita Borrego Moreno, la cual había perdido recientemente a su hijo Rafael y que tantísimas veces la hemos visto tras el paso de Jesús, todos los Viernes Santos, pidiendo por la salud de su hijo. Queremos publicar nuestro agradecimiento a Francisco Javier Reina el habernos podido ofrecer la posibilidad de rezar tan cerca de Jesús a estos pontanos que tantas veces tenemos que conformarnos con pedirle y agradecerle desde la distancia, privados de la dulzura de su cara.
Posteriormente nos dirigimos a la Parroquia de la Purificación para asistir al Tríduo de Nuestra Señora de las Angustias. Al finalizar el mismo el Pregonero de la Semana Santa de Puente Genil en Madrid, Fernando Miguélez Zamorano, entregó un ramo de flores a la Virgen en nombre de la Asociación.
Después de este acto, la mayor parte de los componentes de la Asociación pudimos disfrutar de una subida de Romanos, ésas que tanto añoramos cuando la distancia se apodera de nosotros.
El domingo volvimos a reunirnos, ya que el Ayuntamiento, una vez más, nos había propuesto poder conocer aspectos de nuestro pueblo que nos permiten hacernos una idea más fidedigna del progreso de nuestra villa. En esta ocasión hemos podido visitar EGEMASA. Acompañados por Dñª Josefina Barcos y D. Alberto Gómez, concejales, fuimos enterados de lo pertinente y provechoso que es cumplir, en lo que respecta a los residuos, con las tres erres: reducir, reutilizar y reciclar, así como de los beneficios que reporta a nuestro medio ambiente la separación en origen de los residuos sólidos urbanos. Fuimos enterados clarísimamente de todo el funcionamiento de esta empresa gracias a que dos de sus responsables de área: D. Rafael Morales y Dñª Isabel López dedicaron parte de su tiempo de descanso dominical para estar con nosotros. Muchísimas gracias a todos por vuestros desvelos y dedicación hacia esta Asociación Manantera.
De allí marchamos a nuestro último acto, por esta vez, en Puente Genil. La Asociación se concentró en el Restaurante “El Tapeíto” donde su gerencia nos había preparado una exquisita comida de despedida. Innumerables atenciones, tanto de Manolo como del resto de su personal, hicieron que esos momentos en el que empiezan a mezclarse los sabores de estar en Puente Genil pero ya sólo te quedan minutos para abandonarlo, fuesen más llevaderos.
Y, por fin, sonó la llamada del Presidente invitándonos a coger el autobús de vuelta a casa. Despacio, como no queriendo, recorrimos el trayecto que hay desde la calle Aguilar hasta “Los Retales”. Y allí estaba, sin fallar Manolo y su autocar. Todos, en nuestro fuero interno, casi en serio, casi en broma, hubiésemos deseado que hubiese tenido que hacerle algún arreglillo sin importancia, pero que nos permitiera estar un poquito más. Pero no, nada fallaba. Y arrancó, y todo, otras vez, se quedaba atrás. Cierto que en el silencio se apoderó del autocar mientras abandonábamos los pagos pontanos quedaba en todos nosotros el enorme agradecimiento a todos los que se han preocupado de nosotros para que dodo saliera bien. Desde Manuel Baena Cobos hasta José Antonio Almeda Baena, desde Cofrades Mayores hasta sacristanes, desde presidentes hasta el más humilde hermano. A todos los que nos habéis sonreído al volver a vernos, a todos los que nos habéis abrazado al acogernos, a todos que sois pontanos, gracias. No os imagináis el bien que nos hacéis. Hasta la vista. Quedad con Dios.
Después, al llegar, viento, lluvia, frío. Madrid.
Manuel Ángel Borrego Moreno
Gracias Rafa, los momentos vividos en los Romanos hacen sentirme más pontano y manantero, sabes que es la primera vez que salgo de mi cuartel en cuaresma, valió la pena, lo pasamos genial. El viaje fenomenal.
ResponderEliminarGracias a tí y a los otros tres (el Hermano Hilario, Lorenzo Serrano, y mi hermano Manuel) que tuvisteis a bien acompañarme este tercer sábado en mi cuartel, culminando un viaje lleno de emociones y sorpresas.
ResponderEliminarDicen que cuando las cosas parecen fáciles, es que están realmente bien hechas, así es que, felicitarnos por la facilidad con la que todo ocurrió.
Muchas Felicidades a todos los Santiagos de la Asociacion Manantera (por cierto no se si hay alguno) y Felices vacaciones para todos, un abrazo Carlos Martin Luna, exsecretario
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