LA MANANTERA CELEBRA SU ESPECIAL CENA HOMENAJE A LA MUJER PONTANA

De manera desacostumbrada, voy a abordar esta crónica de una entrañable noche por el final. Y lo hago porque se vivió un momento que  resume, en gran medida, una de las vertientes que un acto de este tipo tiene y que es su organización. Y me refiero a cuando,  al final de la gala, nuestro presidente, en comentarios absolutamente distendidos y con una gran satisfacción en su semblante, nos comentaba que todo había pasado “demasiado” rápido, “demasiado” sencillo, “demasiado” natural. He entrecomillado el adverbio “demasiado” porque  los que le escuchábamos en ese momento sabíamos que nuestro presidente se refería a que actos de este tipo en los que todo sale perfectamente saben a “demasiado” poco.  

Y también sabíamos que su referencia se basaba en que gracias a una perfecta organización de su Junta Directiva, un grupo de pontanos que a fuerza de emprender actividades de este tipo, es, la gran mayoría de las veces, capaz de anticiparse a las eventualidades o de resolverlas con un entendimiento, en ocasiones con simples miradas, propio de equipos “campeones del mundo”; de esa forma, todo debe salir como salió: perfectamente.

Pero seamos racionales y demos a los acontecimientos su natural desarrollo cronológico. Todo comenzó a las 20’30 horas del pasado sábado (tradicional ubicación temporal de esta reunión: último sábado de noviembre) con la llegada al Restaurante “El Torreón” de El Pardo de la práctica totalidad de los asistentes a la Cena. En el Salón Embajadores, recepción a base de productos pontanos, de una pequeña muestra de productos pontanos, los que se pueden traer desde nuestro pueblo y que pueden presentarse en agasajos de este tipo: morcilla, aceitunas, alcaparrones, ochos y vino, el generoso caldo de nuestra tierra que, en el paladeo de una simple “uvita”, tantos recuerdos encierra. Durante esta acogida debemos resaltar tres circunstancias que la engalanaron: durante la recepción pudimos recordar las actividades llevadas a cabo por la asociación durante estos últimos cinco años gracias a una importante labor de recopilación de documentos gráficos realizada por nuestro hermano y amigo Jorge Orestes García y proyectada durante el cóctel de bienvenida. Importante trabajo que la  Manantera guarda en un DVD que se publicará próximamente.

Por otro lado este momento estuvo emotivamente enjoyado por una pequeña muestra de enorme arte que posee nuestra paisana Carmen López Rey, autora de una ya importantísima obra pictórica y que a Madrid nos ha regalado la posibilidad de ver parte de la exposición que en la pasada Semana Santa  mostró a Puente Genil y que se basó en cuadros que plasman extraordinariamente real la mirada de Jesús Nazareno. Y por último, nuestro Presidente Carlos Mora nos dio la bienvenida a este tercer acto del Trigésimo aniversario de la Asociación con unas emocionadas palabras de recuerdo para todos los presidentes que han sido de la Manantera y a todos sus directivos. También nuestro presidente se refirió a  estos treinta años de existencia de la Asociación en los siguientes términos: Treinta años haciendo Puente Genil en Madrid, treinta años añorando nuestra querida tierra, treinta años de ausencia. Como dirían los que saben, toda una generación y con la ilusión de que sean más.

En sus palabras enumeró los actos de este Trigésimo aniversario que ya se han realizado y, después de saludar a las autoridades pontanas llegadas para la ocasión, afianzó su fe en esta Asociación y en la esperanza de futuros éxitos con las siguientes palabras: Hace cinco años, la Manantera nos hablaba aquí mismo, por boca de nuestros hijos y nos pedía que la descubriésemos y seguimos intentándolo; nos decía que no nos mirásemos el ombligo y que viendo lo que ocurría a nuestro alrededor que actuásemos y lo estamos haciendo; nos pedía encarecidamente que  no la desmantelásemos y creo que seguimos construyendo, creciendo. Y sólo si vosotros queréis, la Manantera seguirá viviendo y transmitiendo su mensaje.

A las 22’00 horas, cumpliendo el horario previsto y ya situados en el salón comedor nos dispusimos a disfrutar de la parte principal de la noche. Era el piropo a la mujer pontana, la exaltación de las mujeres de nuestro pueblo y de todas aquellas que tienen lazos afectivos con Puente Genil. Esta noche era nuestra querida hermana y amiga Paqui Delgado Ortiz, y para deciros quién es, para presentarla, voy a utilizar las palabras de otra mujer que realizó el ejercicio de introducción, voy a utilizar, como se dijo esa noche, el verbo fácil e inteligente de una mujer de maneras suaves y delicadas pero de pensamiento fuerte y templado como es Pilar Barrachina Piñol que se expresó de esta forma:

(Paqui) nace en Puente Genil, en el seno de una familia típica Pontana donde las haya. Su madre Dª. DOLORES, conocida como “Chacha Dolo”, le transmitió el cariño por la familia y sus valores. Su Padre D. Manuel, que como buen Pontano y seguidor de las tradiciones perteneció a la Corporación Bíblica de “Las Virtudes Morales”, le acerca y le hace vivir ese ambiente tan propio de Puente Genil, como son los cuarteles y su Semana Santa. (…)

Para comprobar lo adentro que tiene a su pueblo, como veremos seguidamente, solo tenemos que escuchar el deje típicamente pontano que aún mantiene en su forma de hablar. (…)

A la edad de 20 años, y según me cuentan, de manera casual llega a su vida un chico de Madrid. Este chico es LUCAS RAMIREZ COBO, con el que decide unir sus vidas y construir una familia. De esta forma contraen matrimonio, y establecen su hogar en Valdemoro, donde residen desde hace 27 años. (…)

De este matrimonio, nacen dos hijos JONATHAN, y AITOR. Ellos, aunque nacidos en Madrid, son unos auténticos Pontanos y mananteros, integrados en todas las tradiciones y costumbres de Puente Genil. (…)

En definitiva, teniendo en cuenta que esta presentadora podría seguir describiendo otros muchos aspectos y facetas de la personalidad de PAQUI, creo que con lo dicho, podemos apreciar la calidad humana y personal de esta gran amiga de sus amigos, y que además, muestra su generosidad con todos, y todo lo que se refiere a su pueblo.

Y ahora vamos a ver si somos capaces de poner por escrito lo que se piensa, lo que se siente,  una vez que se ha escuchado el piropo de Paqui Delgado.

Por suerte, hemos tenido oportunidad de oír algunos pregones, exaltaciones, disertaciones. Inclusive hemos tenido el atrevimiento de hacer unos, participar en otros y de presentar otros tantos. Y siempre nos hemos inclinado por la creación de mensajes en los que se trataba, a veces sin conseguirlo, embellecerlos con un lenguaje y unos recursos literarios que podrían caer, tal vez, en un empalagoso e incompresible mensaje. Hasta podríamos decir que, en ocasiones, se ha caído en un barroquismo innecesario, que nos hacía exclamar que algunos pregones eran más para la lectura que para su audición restándole la exclusiva misión que tiene un pregón y que es la de ser proclamado. Pues bien, amigos, una vez oído el de Paqui Delgado, uno tiene la sensación de haber escuchado la poesía de Juan Ramón Jiménez, libre de artificios, desnuda y pura, viniendo desde la claridad y la naturalidad. Escuchando a Paqui Delgado, los que tenemos la suerte de contarnos entre sus amigos, sabemos de manera fehaciente y definitiva cómo es Paqui,  cómo es capaz de plasmar en papel su natural frescura, su vivacidad existencial, su claridad verbal, su pureza de sentimientos. Y todo eso con una dicción genuinamente pontana, extraordinariamente cordobesa, mágicamente limpia y clara. Su pregón no puede, no debe leerse porque perdería gran parte de la naturaleza, de la impronta que dejó en nuestros espíritus.

El piropo de Paqui Delgado está hecho por ella y es para ella. Por tanto, debemos sentirnos privilegiados al poder haber sido testigos de ese momento tan importante para ella y para su familia. 

Y todo esto estaba basado en la figura de su madre, una mujer como muchas, tal vez demasiadas, mujeres pontanas que tuvieron que luchar contra la vida para poder sacar a su familia adelante, con trabajos temporales que no hacían sino aumentar la angustia vital de esas mujeres emprendedoras que han visto la vida en nuestro pueblo, teniendo que nadar siempre contra corriente, que tuvieron que esperar a la madurez cuando no a la senilidad para aprender a leer, para aprender a escribir y que solo por su tesón y ganas eran capaces de lograrlo. 

Simpatiquísimas anécdotas adornaban el texto haciendo que todo transcurriera, como decíamos al principio “demasiado” rápido. Permitidme que diga que al final te queda esa sensación como cuando has comido o bebido algo que está muy bueno y con los ojos abiertos como platos y con el recipiente vacío entre las manos, pides, entre suplicante y exigente, “dame más”. Sí, el piropo de Paqui Delgado se hizo corto, porque lo bueno, lo fresco, lo auténtico, lo natural no sacia, no empalaga. Lo bueno, lo fresco, lo auténtico, lo natural te pide que felicites como felicitamos a su autora y desde nuestra más sincera intimidad demos la enhorabuena a Paqui Delgado por tan excelente trabajo y nuestras más sentidas gracias por tan auténtico regalo. 

Trabajo que terminó, en su línea de naturalidad, echándose ella misma un piropo que realmente era agradecimientos a la vida que le ha tocado vivir: Y ahora me voy a echar yo un piropo: me siento muy orgullosa de haber transmitido a mi marido y a mis hijos de alguna manera lo que es nuestro pueblo, sus costumbres, su gente y poder ver como disfrutan ellos con estas vivencias, que se han rodeado de muy buena gente, cada uno se ha formado con su grupo, El Pentateuco, Los Martirios de Jesús, Las Lamentaciones de Jeremías y la historia se repite de abuelos a padres, en este caso no lo es, pero como si lo fuera, porque su padre lo lleva mucho más arraigado que muchos del pueblo. 

Tengo que dar las gracias a Lucas mi marido por haberme permitido disfrutar tanto de mi familia, de mi pueblo, de sus costumbres, porque si a él no le hubiera gustado tanto como a mí, esto que hoy estamos viviendo no hubiera sido posible.

El prolongado, sincero y caluroso aplauso que los asistentes dedicaron a  Paqui dejó a las claras que nuestra hermana había llegado con sus palabras al corazón de los oyentes, pues las escenas que describió despertaron entre la mayoría de los asistentes recuerdos de infancia en los que volvían a ver a personas que ya no están entre nosotros. En fin, un momento que se recordará mucho tiempo.

Después, una cena amena, muy distendida, muy agradable y magníficamente servida por el personal de El Torreón de nuestro amigo Melquiades. Durante este tiempo fue entregado el regalo que tradicionalmente hace la Asociación a todas las mujeres y que esta vez ha sido realizado íntegramente en los talleres de DISGENIL. Posteriormente a su entrega pudimos ver la proyección de la grabación hecha por DISGENIL en la que se puede apreciar como los alumnos de esa Asociación iban realizando el trabajo que teníamos entre las manos.

No me duelen prendas decir que nuestra emoción se palpaba nítidamente en el ambiente y que un emocionadísimo aplauso agradeció el resultado tanto a los alumnos que han realizado el trabajo material como a esa importantísima y absolutamente necesaria Asociación DISGENIL.

A los postres, los representantes de las instituciones pontanas invitadas tomaron la palabra. Por la Agrupación de Cofradías, Hermandades y Corporaciones Bíblicas D. David Barrera, Vicepresidente de la misma, agradeció la invitación, disculpó la ausencia de su Presidente D. Juan Miguel Granados y felicitó a la Manantera tanto por el ambiente creado en esta celebración como por su Trigésimo Aniversario. Finalizó su intervención quedando a la disposición de la Asociación Manantera y entregando a nuestro presidente un cuadro con las imágenes de Nuestro Padre Jesús Nazareno y la Virgen Inmaculada, patrones de Puente Genil. Correspondió nuestro Presidente Carlos Mora tanto a las palabras de David Barrera como al obsequio recibido, entregándole para la Agrupación una imagen del muy venerado Jesús de Medinaceli.

A continuación y en representación del Ayuntamiento de Puente Genil tomó la palabra Dñª. Verónica Morillo Baena, Teniente Alcaldesa y Concejala de Hacienda, Recursos Humanos y Cooperación al Desarrollo del Ayuntamiento de Puente Genil. Dñª Verónica agradeció la invitación y las atenciones recibidas por parte de la Asociación y disculpó la ausencia de nuestro alcalde, quien no pudo asistir por problemas de agenda. También hizo suyas las felicitaciones por el Trigésimo Aniversario y renovó la disposición siempre favorable del Ayuntamiento de Puente Genil con nuestra Asociación. Hizo entrega de un cuadro en el que puede leerse: “El Ayuntamiento de Puente Genil a la Asociación Manantera de Puente Genil en Madrid en su Trigésimo Aniversario y por sus desvelada atención hacia las costumbres y tradiciones de un pueblo que nunca olvida a sus hijos”. Correspondió a sus palabras, de nuevo, Carlos Mora agradeciéndole su presencia e hizo entrega de una escribanía como recuerdo de nuestra Asociación para nuestro Alcalde.

Antes de despedir el turno de intervenciones el Presidente Carlos Mora dio la palabra a Carmen López Rey y le agradeció, con la imposición del broche con nuestro emblema, el generoso acto de traer hasta Madrid una completa muestra de su obra pictórica centrada en la miradas de Jesús Nazareno y manifestó la disposición de la Manantera para lo que desde Madrid podamos ayudar a esta excepcional artista pontana.

Aunque estuvo trabajando desde las 20’30 horas, pendiente de todo lo relacionado con el sonido, era ya el turno de nuestro Dj Juan Manuel Franco Borrego que desde ese momento y hasta las cuatro de la madrugada nos tuvo sin parar con bailes mucho más “cañeros” que en otras ocasiones y a los que gran parte de los asistentes correspondieron con su presencia en la pista sin descanso. Y como he dicho, hasta las cuatro, hora en que la gran familia llegada desde Valdemoro nos deleitó con su presencia. 

Después de esa hora, se recogió y nos fuimos. Seguía siendo noviembre, hacía frío y el aire ya no olía a castañas asadas. A esa hora en El Pardo llovía. Pero daba igual. ¡Tantas cosas buenas en tan “poco rato”! Porque ocho horas juntos es poco rato, ¿no? Para lo feliz que se puede ser, tal vez, “demasiado” poco rato. Un abrazo.

Autor:Manuel Ángel Borrego Moreno

Fotografías: Jorge Orestes García Gutiérrez