miércoles, 28 de noviembre de 2012

LA MANANTERA CELEBRA SU ESPECIAL CENA HOMENAJE A LA MUJER PONTANA



De manera desacostumbrada, voy a abordar esta crónica de una entrañable noche por el final. Y lo hago porque se vivió un momento que  resume, en gran medida, una de las vertientes que un acto de este tipo tiene y que es su organización. Y me refiero a cuando,  al final de la gala, nuestro presidente, en comentarios absolutamente distendidos y con una gran satisfacción en su semblante, nos comentaba que todo había pasado “demasiado” rápido, “demasiado” sencillo, “demasiado” natural. He entrecomillado el adverbio “demasiado” porque  los que le escuchábamos en ese momento sabíamos que nuestro presidente se refería a que actos de este tipo en los que todo sale perfectamente saben a “demasiado” poco.  
Y también sabíamos que su referencia se basaba en que gracias a una perfecta organización de su Junta Directiva, un grupo de pontanos que a fuerza de emprender actividades de este tipo, es, la gran mayoría de las veces, capaz de anticiparse a las eventualidades o de resolverlas con un entendimiento, en ocasiones con simples miradas, propio de equipos “campeones del mundo”; de esa forma, todo debe salir como salió: perfectamente.